Volvería una y otra vez
Las mismas cosas a decir,
Al pensar que volver pudiese
A contemplarla,
Y ser feliz...
Sólo con verla.
Si un argumento entonces
Tocárame declarar a ti,
Fuera no ya un prisionero,
Sino quizá el único entre todos
Quién de tu hechizo
Amó nacer...
¡Para morir!
Morir con ella.
Entre mosaicos de Ser y Palabra,
¿Qué puede no existir?
Teia Pharmakeia, todo lo eres...
Silueta, leyenda y destino a la vez,
de un sacrificio que, amante, brinda
su
perfecto
elixir:
Inefable y ecuánime,
Lux
Æterna.
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